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domingo, 11 de septiembre de 2011

La Bene, el Papa o como quieras llamarla y por que a mi se me atrevesaron los curas.

                   Ya se ha ido el papa, que gusto...., por fin puedo salir a la calle sin tropezar cada 20 centímetros (medida standard en el sistema métrico decimal gay) con grupos de niñas y niños que cantan y bailan en la calle como pastilleros haciendo botellon en la puerta de Space antes de entrar pero como poseidos, por Heidi, marco, la familia Trup o los de la casa de la pradera. A mi que Benedicto, para mi la Bene (siempre la llamé asi por que somos muy amigas y de hecho no salimos más juntos por que es muy aficionada al champan y a mi las burbujas me dan peditos) venga a vernos me parece muy bien, deja dinerito y además ella que tiene mucho empaque y saber estar siempre nos deja en cada visita lecciones de estilo y glamour, ataviada, of course, de blanco nuclear, crudo o marfil y con unos Prada rojo puton (o asi los llama ella) que harian las delicias de la Veneno.


       


        Yo no soy muy de curas, si, les tengo un poco de tirria, ya lo se, los tengo como enquistados desde que tenía 14 años ¿que por que?: No, no, no es que ninguno me haya violado, tocado o abusado lo mas mínimo de mi en mi vida ni nada por el estilo es mas, todo lo contrario ya que a pesar de estudiar en un colegio de derechas, del Opus y católico, apostólico y romano siempre me trataron genial, educados, serviciales y simpáticos, no haciendome jamás sentirme como el anticristo que veían en mi algunos profesores, pues eso, que ese fue el problema, que mientras los curas en las tutorias sacerdotales preguntaban a mis compañeros por su vida sexual (con esa edad limitada basicamente a pajillas e inconscientes magreos que no llegaban nunca a más) a mi nunca me preguntaban por nada de eso, nunca jamás ni uno se intereso lo mas mínimo por lo que yo pudiera hacer con mi mano derecha encerrado en el baño de pizarra beige de casa de mis padres, pero tiempo despues y ya convertido en la típica marica alfa  llegue a la conclusion de que lo realmente raro hubiera sido que un siervo de Dios se interesase minimamente por la vida sexual de un chaval que media 150 centimetros, pesaba 90 kilos y cuya extensión de pezones alcanzaba e incluso llego a superar en algunas epocas el tamaño de platillos de postre por que desde luego, hay que


 


reconocer ,que no hay, nada que se me ocurra, que pueda evocar tan poca lujuria como un menor y para mas INRI  uno de 90 kilos y cuyo pecho sería la envida de Yola Berrocal, Tati de supervivientes o de cualquier circo itinerante de especies raras, entonces y tras esta conclusión fue donde acabo mi carrera como mariquita capillitas, viste santos y de misa diaria y totalmente contraria al celibato, la pureza, la castidad, la legalidad o la virginalidad.

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