Acababa de desembarcar en Madrid y me había convertido en la novedad. Nadie sabía de donde había salido, tampoco es que yo diera muchas explicaciones, por que, mi lugar de procedencia era tan aburrido como esos cuadernillos de sudokus que reparten en los vagones de primera de los trenes Madrid-Cadiz, así que por eso, solo por que yo representaba lo desconocido y puede que hasta lo exótico con mis shishas y mis abrigos de piel enseguida me rodeo una corte de maripijas, antipáticas, monotemáticas, monocromáticas y pasivas radicales al más puro estilo talibán de sus reales ojetes, que vivían preocupadas por temas tan trascendentales para sus vidas como cuantas veces me alisaba yo el pelo, cuanto tiempo dedicaba a tomar el sol o cuanto había que correr en la cinta para quemar las calorias del super menú de Big Mac que me acababa de meter en el cuerpo.
A mi tampoco es que este grupo me diera la vida y si os soy sincero comenzaba a aburrirme de que unos chicos que estaban mas cerca de ser mujeres con barba que hombres con pluma se pasaran las noches del fin de semana desojando margaritas por bakalas de extraradio a los que luego ni miraban por que segun decían ellos mismos: "Estaban muy mal vistos".
Yo, que siempre he sido de los que buscan el sentido de su vida en cama ajena descubrí que eso no era lo mío, que no por tener algunas similitudes en el vestido con este rebaño teníamos nada que ver y que preferia mil veces despertarme en un bajo interior en Vallecas a pasarme la vida en un ático del Barrio de Salamanca y despertarme una mañana entre sabanas de seda y descubrir que estaba enfermo, enfermo de insatisfacción sexual, ya que mi elegante y educado marido me proporcionaría una vida sexual similar a la de las nécoras, las medusas o los caballitos de mar.
Tras todo un verano con esta tropa ya veía mi vida sentimental echada a perder en brazos de algún capullo polliflácido al que seguramente le habían amargado la vida en el colegio esos mismos bakalas por los que ahora suspiraba y que claro, despues de haber acabado medicina, industriales o cualquiera de esas carreras que te reblandecen el cerebro se había hecho lo suficientemente rico como para poder ser aceptado en el rebaño y poder ser, al menos delante de los ojos de esta tropa "una pareja bien".
Mi perspectiva de futuro cambio aquella noche cuando Sunrise era el sitio de moda y todas las maricas sea cual fuese su condición social o física se reunían allí para la primera copa cual charco en agosto en la sabana africana. La noche era un coñazo, yo andaba mas aburrido que Sonia Monroy en una libreria científica y cuando ya comenzaba a sopesar la idea de irme a mi casa a dormir la mona aparecio G que era amigo de las de esta banda y novio de M, la mas chunga y cabrona del grupo, supongo que fue el juego de miradas lo que delato a G, yo ya tenia claro que o bien tenía un terodactilo anidando en mi cabeza o me miraba tanto por que le molaba, asi ,que en cuestion de 15 minutos ya no solo es que no quisiera irme, sino que me tenía comiendo en su mano... por que para quien no se lo crea, yo también tengo mi corazoncito y hasta soy capaz de fijarme en alguien, que no soy de cemento coño¡¡, yo bajé al baño, que tanta copa haciendo tiempo comenzaba a saturarme la vejiga y el me siguio y allí, junto al lavabo, me besó, si joder, me besó, me besó como en una de esas películas antiguas lo que consiguio que a mi se me pusiera cara de idiota cada vez que ya una vez arriba, se cruzaban nuestras miradas y.... ¿Qué pasó? pues lo que tenía que pasar, que su jodido novio se enteró y que yo pase de ser una especie de princesa exiliada con gustos exóticos a la par que exquisitos a una perra arrastrada alcohólica y toxicómana, a ser el chisme, el objeto de todos los rumores, por que... mira que me he cruzado con gente en esta vida de todas clases y en cualquier parte pero jamas he conocido a nadie del que se rumoreen tantas cosas como de mi.... si duermo, como y cago como todos¡¡¡¡¡ Hay que joderse¡¡¡¡¡¡
