Louboutin, divino tesoro.

Ya no hay duda ni seguramente posible vuelta atrás, se casa nuestra duquesa mas internacional, la genial, la inigualable, la inimitable: Krusty de Alba, Ea, ya tiene lo que quería y como ella es rica y se lo puede comprar todo.... voila un marido yo no se cuantas decadas mas joven que ella, a partir de aquí y haciendo segundas lecturas empiezo a preguntarme que somos capaces de hacer los seres humanos para conseguir lo que queremos: hay gente que estudia hasta que se le seca el cerebro para conseguir un puesto de trabajo que le atribuya reconocimiento social, otros, a los que tambien respeto y con los que seguro congenio más ,son capaces de acostarse un sabado por la noche con cualquier bicho viviente para que este (el bicho) los lleve a su

casa de vuelta, borracha, sin bragas y sin vergüenza, eso si, sin haber cogido un

metro, esperado al buho o pagado un taxi, yo haciendole mi propia autopsia al asunto empiezo a pensar que voy a hacer para conseguir ese par de zapatos que louboutin ha colocado en el escaparate de su tienda para desasosiego de mi persona y dejar herida de muerte a mi maltrecha economia que casi siempre suele estar de guerra, entonces y tras una larga digestión he llegado a la conclusión, seguramente bastante desacertada y muy poco inteligente de comenzar una huelga de hambre, no en la puerta del famoso establecimiento, sino para conseguir ahorrar algo si es que antes no me lo gasto en ginebra o en algun Burguer King, mientras tanto y como buen pobre reconocido y ya que no me puedo buscar un novio que tenga la mitad de mi edad (seria un delito) le pondre una vela a algun santo, alguno de esos que conceden caprichos caros a ver si el citado zapatero, navegando por la red en una noche de insomnio, lee mi desesperada petición y como el ada madrina de toda niña bien me manda un par o quien sabe... dos.