Malicia en el país de las maravillas.

                           Fue justo lo que pensé la mañana del 31 de diciembre mientras buscaba mi ropa interior debajo de la cama de alguien del que ya no recuerdo su nombre (ni siquiera se si se lo pregunté), por que... ¿Cuanto tenemos realmente de lo que la gente dice de nosotros?.



                            A veces me pregunto que pueden ganar hablando mal de otros todo el tiempo, que ganan hablando de vidas ajenas cuando realmente no te conocen de nada y me pregunto cuanto más zorra eres que ellos solo por el hecho de permitirte el lujo de hacer con tu vida lo que te da la real gana.

                           Y es que.... ¿Por qué es siempre más cómodo pensar mal? desde luego, en estos casos, solo puedo decir que es muy duro ser ninfómano y romántico a la vez.